La vida no viene con un manual de instrucciones, pero con suerte la mía vino con un Papá… ¡Gracias infinitas por ser mi padre!
Gracias Padre por tu apoyo incondicional y tu amor eterno. Siempre podrás contar conmigo como yo lo he hecho contigo.
Un millón de gracias para ti Papá, que siempre estuviste a mi lado en los momentos buenos y los malos.
No hay tesoro igual a un buen Padre, por eso siempre le agradezco a Dios que seas mi Papá.
Papá, aun después de tantos años, cuando te recuerdo, vuelvo a conocerte y vuelvo a amarte más.
Papá eres para mí lo mejor, lo más importante, mi orgullo y mi felicidad. Eres mi héroe, mi guardián y soy tu más fiel admirador y seguidor. No quiero otro Padre que no seas tú. ¡Te quiero Papá!
Gracias por tu eterno amor, paciencia, comprensión y apoyo incondicional. Aunque nunca te lo digo debes comprender que te quiero mucho, papá.
Tener un padre como tu es un regalo de la vida y una bendición que me ha dado Dios. ¡Ojala vivas para siempre!