No hay mejor amigo que una hermana. Y no hay mejor hermana que tú.
Las hermanas son para compartir la risa y limpiar las lágrimas. Gracias por estar ahí para mí.
La de las hermanas es probablemente la relación más competitiva dentro de la familia, pero una vez que las hermanas crecen, se convierte en la relación más fuerte.
Las hermanas no necesitan palabras. Han perfeccionado su propio lenguaje secreto de sonrisas, olfatear, suspiros, jadeos, guiños y pestañas.
El consuelo es más reconfortante en tus brazos, hermana.
Ella es mi hermana, mi mejor amiga, mi alma gemela y la mejor parte de mí.
Las hermanas son bendecidas con un sentido extra que susurra cuando el otro las necesita.
Somos hermanas. Si yo estoy enfadada con alguien, tú también lo estás y punto.
Una hermana es la manera de Dios de demostrar que no quiere que caminemos solos.
Hermana, ¿sabías que te quiero mucho? Sé que no siempre lo demuestro pero quiero que sepas que en mi corazón hay un lugar especial para ti.
Mi adorada hermana, te escribo estas palabras para que sepas que siempre te tengo presente, aún en la distancia.
Si Dios me diera la oportunidad de escoger a una hermana, yo te escogería nuevamente a ti, porque tú me has amado sin pedir nada a cambio, y eso, querida hermana, es más de lo que podría pedir.
Si pudiera volver a nacer, solo le pediría a Dios que en mi vida volvieras a estar, porque tú, querida hermana, eres lo más asombroso que me ha podido pasar.
Hermana mayor, quiero decirte lo mucho que significas para mí. Eres lo más grande que papá y mamá han podido darme, y solo espero que nunca me faltes.
Entre todas las personas que hay en el mundo, Dios te escogió a ti como mi hermana, mi compañera y mi amiga. Te quiero.
Las hermanas son ángeles que nos levantan cuando nuestras alas tienen problemas para recordar cómo volar.