No hay nada que tengas que temer. Mientras tu mami y yo estemos a tu lado, siempre estarás protegida ante cualquier cosa. Así que cierre esos ojitos y tenga dulces sueño, mi princesa.
Antes de dormir no olvides cepillarte los dientes y reza a tu ángel de la guarda para que siempre te proteja. ¡Dulces sueños, reinita!
Duérmete mi niña, duérmete ya que esta noche tu mamita va a velar tus sueños y no permitirá que nadie perturbe tu descanso.
Hijita cierra tus lindos ojitos, ya es hora de ir a dormir. Las estrellas desde el cielo podrás mirar desde tu ventana y verás cómo te cuidan y protegen en esta noche oscura.
Mi princesa adorada, tu mamita te acompañará hasta que te quedes profundamente dormida.
Ahora que estás lista para ir a dormir, ven a tu cama que te voy a abrigar para que no sientas el frío de la noche. Que tengas dulces sueños mi niña hermosa.
No tienes por qué temer a la noche ni a las pesadillas, yo estaré pendiente de que duermas tranquilo y que nada perturbe tus dulces sueños. ¡Buenas noches, mi niña!
Recuerda siempre mi niña: No duermas para descansar, duerme para soñar, porque los sueños están hechos para cumplirse.
Yo te arropo mi niña, te doy un beso en la frente y te duermes, mi amor. Yo estaré cerca de ti, para siempre protegerte. Si tienes pesadillas, solo busca una idea feliz y todo irá bien.
Es momento de que un angelito como tu vaya a dormir. Debes cerrar tus ojitos porque los querubines están esperando para arrullarte y cuidar tus sueños. Eres tan buena y te adoro mi reina.
No tengo mucho sueño así que esta noche me quedaré a tu lado para contarte los cuentos que tanto te gustan. Quiero que sientas mi calor y el cariño que siempre tengo para ti mi dulce pequeña.
Ya es hora de irse a su cuarto, hija mía. Lávese los dientes, póngase su pijama, escoja el cuento que deseas que te lea y cierre esos lindos ojitos. Te quiero mucho, mi dulce princesa.
Es hora de dormir, mi hermosa hija. Hoy te has divertido muchísimo y yo me he alegrado al verte cada día con tu hermosa sonrisa en el rostro, y aprendiendo algo nuevo, siempre. Yo no dudo de que serás una gran y valiosa persona.
A esta hora todos los niños que se portan bien están yéndose a dormir, así que póngase la pijama y métase a la cama. Te contaré un pequeño cuento y apagaré las luces. Descansa, hija mía.
Quiero que antes de que te quedes profundamente dormido eleves una oración para dar las gracias a Dios por este momento tan especial en que te encuentras con él para rezar, pedir perdón y hacer alguna petición espiritual. ¡Buenas noches mi princesita!
Te dejé la luna encendida para que no tengas miedo al despertar. Descansa corazón, que mañana será mejor.